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Sigo leyendo el libro de Pablo d´Ors, Biografía del silencio. Un libro
deleteioso, que desprende verdades y bellezas. Dice Pablo: "Al estar
aparentemente inactivo, cuando estoy sentado comprendo mejor que el mundo
no depende de mí, y que las cosas son como son con independencia de mi
intervención. Ver esto es muy sano: coloca al ser humano en una posición
más humilde, le descentra, le ofrece un espejo a su medida".
Es
el poema mismo de san Juan de la Cruz. La acción de dejar de ser para
serlo todo es de la consciencia, nunca de los hechos materiales. La
tranformación consiste en un dejar-de-ser-para-ser continuo,
gerundizado; es una acción de la contemplación que confirma nuestra
posición y medida frente al cosmos.
¿No es esto mismo el Canto XXXV de Noche más allá de la noche, de Antonio Colinas?
Unas
palabras de Pablo d´Ors resumen perfectamente esto que trato de razonar
escribiendo: "ser conscientes consiste en contemplar los pensamientos.
La consciencia es la unidad consigo mismo. [...] Tú eres lo que queda
cuando desaparecen tus pensamientos".