Uno de los ritos mistéricos con
los que he soñado últimamente: imitar la búsqueda de Deméter con antorchas en
las manos. "¡Cielo, llueve!, ¡Tierra, concibe! ¡Bromio ha nacido!", grité en la
tiniebla de la noche, arropado por un olor a incienso penetrante y subrepticio.
Me vi en un espejo contemplando silenciosamente una espiga de trigo: en ella se
concentraban la vida y la muerte, la fusión de la physis. Vida citerior y vida
ulterior, descenso a los fondos predecesores que contenemos sin advertirlos.
Descenso y ascenso.
Tan solo describo. La acción de Naturaleza no puede ser narrada; sucede lo propio con el misterio, pues este reside en no contar lo
que sucede. El silencio como finalidad,
claro. Cuando JRJ afirmaba que la poesía era misterio estaba describiendo que
la poesía es el silencio, lo oculto, lo cerrado, lo distinto, lo incomunicable
en su esencia.