ES la consolación,
compañero, la consolación. Y ella está
presente en todos los hombres que viven en la claridad. No se aprende, no es
artificio ni petulancia, es verdadera y diversa
en cada hombre, pues ofrece un rostro compartido, pues deviene de la existencia vivificada.
Por eso creo que el
poema es un territorio de apariciones de lo que realmente somos y hemos sido y
seremos como hombres que comparten la humanidad. Quizás en el poema es donde
somos más humanos que nunca.
***
ANTONIO MACHADO
tenía a San Juan de la Cruz como "acaso el más hondo lírico español”. Y lo explicaba
en Los complementarios con las
siguientes palabras: “En San Juan de la Cruz la metáfora nunca aparece sino
cuando el sentir rebosa del cauce lógico, en momentos profundamente emotivos”.
El cauce lógico en
el poema queda desbordado si, en efecto, la expresión se conduce hacia temas profundamente
emotivos. Palabra y pensamiento, en definitiva.
En este sentido, San
Juan hace lo propio como Dante, y Virgilio hace lo mismo que Horacio, y Rilke
tal que JRJ. La diferencia no está en el concepto, sino en la expresión del
concepto. En cada expresión, un poeta, una forma, una vida, un hombre que
congrega a todos los hombres.
En muchas ocasiones,
se ha mencionado a Machado como un antecedente previo de la poesía que tiene la
realidad circundante como leit motiv.
Pero se olvidan de que la realidad, en la poesía de Machado, siempre es
trascendencia. Esa interpretación sesgada la han realizado los que,
en su poesía, son incapaces de convocar el cauce de la poesía como palabra en
el tiempo y los que escriben minucias, lábiles versos desmayados fruto de un
hervor lírico momentáneo.