miércoles, 22 de febrero de 2012


QUIZÁS, de la lectura de Parménides se desprende que la literatura es la conjunción armoniosa de presencias y ausencias inevitables. 
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EN OCASIONES, me recorren, de arriba a abajo, unas ansias incontrolables de renunciar a todo y de gritar en todo su falsedad. En este mundo moderno, lo superficial  predomina en cualquiera de sus facetas. El arte, por supuesto, no es una disciplina que se escape a este marro moral de la sociedad contemporánea. 
Las palabras han sufrido este viraje hacia lo vacuo, lo han sufrido y además las obligan a que lo expresen, pues los engreídos ni siquiera conocen el mal que ejecutan con sus actos.

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LLEGAR a ser lo que somos siendo. Lo bello y lo justo debe regir ese desiderio, así en la vida como en las letras. Todo lo que se aparte de estas coordenadas del alma, tendrá que ser alejado de nosotros, porque si no es así, no seremos nunca.
    
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LLOVÍA sobre las calles solitarias de París. El frío había anidado en el gris del paisaje y acompañaban nuestros pasos la cadencia de la tarde. Decidimos entrar en el Café du Flore y, en cuanto estuvimos sentados, nos pareció escuchar en susurro a Camus y a Sartre y, acaso, un acento argentino y desatado en la garganta de Borges. Un café, unas horas, un periódico maltrecho, las vidrieras ofreciendo el carrusel de los boulevares y el gentío en las calles. Parecía que estábamos resguardados de todo allí sentados, los dos, mirándonos mientras sonaba la música de Sidney Bechet. No sabíamos los dos, amantes recíprocos, que alguien, -E. ya te amo-,  nos trenzaría de sangre pasados los años.

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HOY lloro de la vida, lloro de lágrima transparente. Solo verán mis ojos desde dentro y con ello la vida es estación y memoria. Cuántos soles no han caído ante nuestros ojos en el mismo horizonte, ¿te acuerdas de Perugia y del umbrío paisaje que contemplábamos? Gracias por mostrarme lo que nunca quisieron ver mis ojos.       

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EN la poesía, si las presencias son fundamentales, las ausencias son esenciales. 

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Lo Bueno y Justo son Bellos desde el origen y mayúsculas aspiraciones que nortean nuestra existencia. Un pensamiento justo en su génesis deberá encontrar una palabra justa en su expresión. Un sentimiento bello será bello si es poeta quien lo establezca en el verbo.