FRENTE a la vida. Esta mañana paseaba en bicicleta por el camino de Morabita. Era temprano y las lomas estaban soportando el frescor de la madrugada; era ya la tierra humedad purificada. Estaba tan solo en aquellos recovecos de la parras, tan solo y en plenitud, que me paré en un rellano a respirar. Respirar, inspirar...desde el centro.
Llevaba una libreta en un bolsito que cuelga de la bicicleta. Comencé a escribir en él con el sonido hueco del sol recogiendo sus alas en mi rostro. Respirar, escribía, frente a la vida. Pureza, escribía, frente a la vida. Verdad, escribía, frente a la vida. La poesía no es una forma de vivir, es la vida misma, escribía. Eso no pueden aprehenderlo los que tratan de vivir con el conchaveo de reseñas, notas, publicaciones, revistas y minucias varias, escribía. Vivir, escribir, respirar, escribía, frente a la vida, en la vida misma.