SI tuviera que escoger, en estas semanas, estos días, a un escritor, diría: "Boecio", como hace poco hubiera pronunciado el nombre de Cervantes o hace años a Montaigne, pues todo es cambiante, máxime el aire que esparce a la contemplación estética. Boecio encarna en estos días la consolación en la literatura y el pensamiento.Una verdadera comunión estética que trasciende sus versos, sus palabras hasta imbricarse en una profundidad desconocida para mí hasta ahora. Es, quizás, la paz y lar armonía de lo bello, la participación momentánea y puntual de la belleza que, para un mísero mortal es vislumbre y trastoque de su corta condición.