sábado, 31 de marzo de 2012

EN 1953, JRJ dictó un seminario de doctorado sobre el Modernismo. La lectura de esos apuntes ofrece al lector una poética juanramoniana, pues en JRJ, la poética es múltiple y diversa, una suerte de centro sobre el que giran distintos astros y satélites. Quiero decir que los escritores, cuando meditan y reflexionan sobre la literatura, propenden a explicarse a sí mismos. En el caso de los grandes escritores, cuando comienzan a abordar un aspecto de lo literario, es innegable que están ahondando en qué es la literatura en su literatura y qué ofrece su literatura en la gran corriente de la Literatura. Si el escritor es digno y muestra fidelidad, tomará consciencia de su incapacidad de inmediato, de su corta propuesta estética y de sus marros éticos.  

El viernes 27 de noviembre de 1953, JRJ dedicó algunas horas a declarar sus pareceres sobre temas generales e ideas que seguían siendo, a pesar de su edad, obsesiones imperturbables. Entre sus declaraciones, podemos leer los siguiente: "Es lo indecible. Dios, amor, la belleza, la poesía son inefables. No se pueden describir con exactitud. múltiples definiciones -ninguna precisa-. Cosas que se explican por símbolos o aproximaciones. La razón es para la ciencia, la filosofía. La poesía no es esencialmente razón sino pasión o rapto -inefabilidad-. Solo puede describirse por alusiones. Lo absoluto es lo inefable, que no se puede definir". La cosa misma, la palabra, su palabra, la rosa, el himno, el decir oculto.  

No puedo sentirme más en armonía con estas definiciones que intentan aclarar qué sustancia la palabra poética. JRJ atina, como de costumbre, en dirimir entre la razón de la ciencia y, acaso de la filosofía, y la razón de la poesía, pero, ¿no es esta dicotomía la que explica María Zambrano en El hombre y lo divino con la razón luminosa? 

Para el escritor el tiempo está atravesado por sus lecturas. Las lecturas se van seleccionando y trenzando para intentar comprender una esencia y construir un entendimiento.  
Hay poetas que participan de la literatura, pero hay poetas que son, ellos mismos, la poesía.