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Cuando M.C. está amamantando a E. y las observo tan cadenciosamente, les leo, casi en susurro, el siguiente pasaje del Canto XIII, de la Commedia de Dante. Estas líneas me confirman, en parangón con las enseñanzas del italiano, lo que viene enseñándome E. cada día, cuando la observo a ella indagando en los objetos, tratando de aprehender el mundo tan confusa como lo estoy yo.
"Omai sará più corta mia favella,
pur a quel ch´io ricordo, che d´un fante
che bagni ancor la lingua a la mammella"
Mis palabras serán, en adelante, más insuficientes para decir lo que recuerdo que las de un niño que bañe todavía la lengua en la leche de la madre.