WIE das im Herbst gefallene Licht,
die Zeit gewährt diese Kadenz
die wir altern nennen und die Glieder in Uralt
verwandelt.
Hier meine sezierten Wörter,
die weichen grünenden Äste,
die den spiegelnden Gesang ernähren
des als Säugling erwachenden Morgen.
Meine Augen, was werden sie sehen,
sind sie Zeugen, etwa, des Lebens;
was gehört zu diesem fliehenden Bewusstsein
das ungeduldig zittert,
ein Wort, ein Blick,
der Geschmack eines Körpers in der Nacht?
Nur der der an nichts gebunden ist,
zu nichts schuldet er Verbeugung.
Der Tod ist ein vergessen des Lebens.
[Como la luz caída del otoño,
el tiempo otorga esa cadencia
que llamamos vejez y que torna los miembros
antiguos.
He aquí disecadas mis palabras,
las tiernas ramas verdeantes,
las que nutren de infante amanecida
el canto especualr de la mañana.
¿Mis ojos, qué verán,
son testigos, acaso, de la vida;
qué pertenecerá a esta consciencia fugitiva
que tremula impaciente,
un verbo, una mirada,
el sabor de un cuerpo en la noche?
Sólo aquel que no está ligado a nada,
a nada debe reverencia.
La muerte es un olvido de la vida].
El huerto deseado, La Isla de Siltolá, 2010. Traducción de mi admirado y querido Juan Millán.
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HAY que imitar a los clásicos. Escribirlos, reivirlos. Como afirma Leopardi, en Zibaldone: "La facoltá imitativa è una delle principali parti dell´ingegno umano, e una facilità di assuefarsi".