jueves, 22 de septiembre de 2011

LA estación en una plenitud de lo profundo en lo profundo, de lo externo nunca abarcado que sobreviene a lo interno nunca abarcado. Unidad, dicha contenida, diálogo sin interlocutores, solo una incipiente y cadenciosa presencia de Armonía.

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UNAS semanas de desasosiego y de inquietud, viviendo sin vivir en mí, pero con la certeza inconfundible de los días trascendentales.