E. me está enseñando a leer de memoria, pues antes anotaba, escribía en los márgenes y comentaba los pasajes con anotaciones. Ahora, al sostenerla, leo con la memoria: exactamente con la fórmula que Platón defiende en Fedro como la suprema forma de conocimiento. En esos momentos me encontraba leyendo a Lucrecio, De rerum natura, el trabajo titulado [Vive con el cuerpo y muere con él]: " Nacer, crecer y envejecer sentimos/ el alma juntamente con el cuerpo:"; el cuerpo y el alma entre mis manos, con la sonrisa, atisbando el mundo en su densidad de infante. E. me está enseñando la fragilidad del mundo y del hombre, la misma que nos pertenece como cuerpo y alma juntamente.