ESTAMOS en Barcelona y hemos cruzado dos puentes. Un parque acoge nuestros pasos, que persiguen un laberinto. Hay un hilo trazado en el asfalto que no advertimos, pero que perseguimos solo con la consciencia. Diálogo.
AYER me detenía en una preposición que me parecía la piedra de toque de un verso de Hölderlin. Hoy, al releer unos pasajes de María Zambrano, me encuentro con que uno de sus libros se titula Hacia un saber sobre el alma, publicado en 1950. ¿No son el final del verso del poeta alemán, "hacia lo incierto" y el título de María Zambrano el haz y el envés de la misma razón? ¿No comparten la filosofía y la poesía el mismo origen, aunque el entendimiento posterior sea distinto en cada una?
AYER me detenía en una preposición que me parecía la piedra de toque de un verso de Hölderlin. Hoy, al releer unos pasajes de María Zambrano, me encuentro con que uno de sus libros se titula Hacia un saber sobre el alma, publicado en 1950. ¿No son el final del verso del poeta alemán, "hacia lo incierto" y el título de María Zambrano el haz y el envés de la misma razón? ¿No comparten la filosofía y la poesía el mismo origen, aunque el entendimiento posterior sea distinto en cada una?
En una carta escrita al ilustre Ernst Robert Curtius, Ortega y Gasset afirmaba lo siguiente: " Queramos o no, la filosofía precipita en filología y la filología se dilata en filosofía".
Podemos leer en Filosofía y poesía, de M.Zambrano: "la poesía es vivir en la carne, adentrándose en ella, sabiendo de su angustia y de su muerte... El poeta siente la angustia de la carne, su ceniza, antes y más que los que quieren aniquilarla". Estas palabras de M.Z. me han conducido a un cambio de entendimiento que desemboca en lo que enuncio y entiendo como lo poético. Sustancia ancestral, originaria, que participa de todos los géneros literarios y de pensamiento, que existe en otras disciplinas ajenas a la palabra, pero que encuentra en la poesía su más perfecta, aun con imperfecciones, existencia y manifestación. es un viaje de ida y vuelta, que busca un origen natural, primigenio, el que quisieron recatar los presocráticos, los renacentistas y los románticos verdaderos. esta inquietud del espíritu, poco a poco, ha ido quedando desvinculada de la poesía, de la labor del poeta por el devenir de la historia y la influencia de los no-poético en la poesía. Son algunos los que han mantenido viva esa llama, como es el caso de A.C. en la actualidad.
M.Z. lo enuncia en su libro Filosofía y poesía: "He tenido el proyecto de buscar los lugares decisivos del pensamiento filosófico, encontrando que la mayor parte de ellos eran revelaciones poéticas. Y al encontrar y consumirme en los lugares decisivos de la poesía me encontraba con la filosofía". Por este motivo, he encontrado en Parménides esto mismo que revela M.Z., un dintel y umbral de piedra que arroja una claridad cegadora, pero gozosa; que no deja ver los contornos, pero si la esencialidad.
UN poeta que se ocupó de estos asuntos, que hizo el viaje a la inversa, de la poesía a la filosofía, a parte de J.R.J., fue Antonio Machado. Machado llamó, a ese espacio de estación total, indudable, del que jamás deben apartarse los poetas a pesar de la confusión y la penumbra, "las razones inmutables" y afirmaba, en el prólogo que le envió a Gerardo Diego para la Antología, en 1932: "Inquietud, angustia, temores, resignación, esperanza, impaciencia que el poeta canta, son signos del tiempo y al par revelaciones del ser en la conciencia humana".